Sí, Tripulante,
sé que estás ya un poco hasta arriba de tanta respiración y blablablá… pero…
Observa tu respiración. Cuando inspiras, tu cuerpo se llena de
exterior. Se interioriza el exterior. Cuando
expiras, tu cuerpo se vacía: se exterioriza el interior.
Empieza a respirar expirando. Expira todo lo que puedas. Que no quede
nada dentro. Límpiate por dentro para la próxima bocanada de oxígeno. Si te cuesta expirar, te recomiendo que expires recitando un mantra. ¿Cuál te apetece? ¿Te hace un
OOOOOM? Así, mientras respiras, puedes
hacer ejercicios de canto. Yo te prometo que al principio de intentar
respirar conscientemente me “ahogaba”. Me ayudó combinar la emisión de canto o
sonido con la expiración...
La expiración es previa a
la inspiración. Antes de estar
inspirado, el artista ha de estar expirado, o transpirado.
El arte es 1% inspiración y 99% transpiración, como dijera Edison.
Tras expirar, tómate unos segundos para tomar consciencia de tu vacío.
Después, inspira.
La respiración nos hace conscientes de los ciclos de la vida, del principio
hermético del ritmo. Hay un tiempo para vaciarse y un tiempo para llenarse.
Hay un tiempo para el silencio y otro tiempo para crear.
¿Te interesa todo
esto? Busca “Pranayama” y “mantrayoga” en la Wikipedia. ¡Viva la
Enciclopedia Libre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario