Al igual que para beber un
vaso de agua, necesitamos en primer lugar un vaso limpio (un vaso lleno de otra
cosa enturbiará el agua limpia), para
crear, necesitamos liberar el espacio que después llenaremos otra vez, en un
proceso cíclico y dinámico.
Coge una jarra y llénala de agua. Yo, a veces,
inspirada en Masaru Emoto (sea real
o ficticio su planteamiento) pongo fuera un letrero que dice “agua de
amor”. También utilizo una botella
reciclada que una amiga pintó con corazones donde pone la palabra “amor” en
varios idiomas inventados.
Ahora, bendice el agua con
una poesía u oración que describa las propiedades mágicas del agua que te vas a
beber.
¡Oh,
agua mágica!
¡Gracias,
gracias, gracias!
¡H2O
purificador !
¡Cascada
cristalina, elixir de la vida,
prisma
de luz en el acantilado del alma!
¡Inúndame
de amor!
Coge una copa limpia y transparente. Imagina que eres ese recipiente. TU MENTE ES EL SANTO GRIAL, el cáliz
mágico que tienes en la cabeza. Imagina que el agua de la jarra es el ELIXIR DE
LA LARGA VIDA. Imaginar
es gratis, ¿no?
Bien, ahora llena con agua
de la jarra tu copa y sostena. Expira.
Bebe mientras inspiras.
Te recuerdo que el elemento Agua
se relaciona con las copas y los
corazones -en las barajas de naipes (española y de póker)-. El elemento
Agua representa las emociones, los
sentimientos. Y, en fin, ya sabemos que el amor cósmico es el As de los
sentimientos.
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